Iglesia de Cristo: Restauración

La Puerta de la justicia

DOMINGO 22 DE FEBRERO 2025

Apocalipsis 3:8 RV(60)

Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque, aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.

Hemos entendido que la puerta según Juan 10 es el Señor Jesucristo; Él es la puerta dice la biblia, que él es la puerta de las ovejas. Pero hay puertas que Él abre para la bendición y cuando Dios abre una puerta nadie la puede cerrar. Cuando el hombre nos abre las puertas el mismo hombre nos las puede cerrar, pero cuando es Dios, la puerta es de bendición y nadie, aunque procure cerrarla, lo va poder hacer. Pero cuando Él cierra, tampoco nadie puede abrir. Hay bendición cuando las puertas se abren y hay bendición cuando las puertas se cierran. Hubo una viuda a la que le dijeron: “cierra la puerta”, y allí a puerta cerrada el Señor le multiplicó el aceite, multiplicó la unción para pagar todas las deudas. Entonces hay una bendición muy especial cuando Dios nos abre las puertas también. Vamos a ver una puerta en el Salmo 118:19:

Abridme las puertas de la justicia; entraré por ellas, alabaré a JAH. Salmos 118:19 (RV60)

Esta es puerta de Jehová; por ella entrarán los justos. Salmos 118:20 (RV60)

Quienes entrar por esa puerta de la justicia, sólo son los justos. Tenemos que considerar, entonces, quienes son los justos, y saber si nosotros estamos practicando la justicia para poder nosotros entrar por esa puerta.

El libro de romanos nos dice:

Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Romanos 5:1 (RV60)

Nosotros fuimos justificados por la fe por haber creído en Jesucristo; entonces ya el padre nos ve justos porque creímos en Cristo y esto es por la fe. Nosotros no vimos a Jesús, a nosotros solo nos hablaron de Jesús y la medida de fe que él había puesto en nosotros según romanos 5, nos bastó para poder creer en ese Cristo. Por esa razón podemos presentarnos delante de Dios porque hemos sido justificados, por gracia y por eso mismo su presencia no nos mata, ni nos ha fulminado. En ocasiones nos presentamos delante del Señor contaminados, sin embargo, seguimos de pie por que el padre nos mira justos porque nuestra vida está escondida en Jesucristo. Entonces cuando nosotros nos presentamos en oración en alabanza en adoración, el padre no nos ve a nosotros, sino que ve la bondad, la misericordia y el ruego de nuestro Señor Jesucristo. Por esa razón deberíamos vivir agradecidos todos los días con el Señor porque somos justificados.

En el libro de los salmos el salmista en el versículo 20 del capítulo 118, dice que los sólo los justos van a entrar por esa puerta:

Esta es puerta de Jehová; por ella entrarán los justos. Salmos 118:20 (RV60)

Quiere decir que el Señor nos justificó y debemos practicar la justicia. Dios nos mandó a ser justos no injustos; el Señor nos dio el ejemplo, Él siendo Justo, murió por los injustos.

Nosotros muchas veces cuando alguien nos hace una injusticia, pedimos en oración que se nos haga justicia, esto, a pesar que la Palabra del Señor dice que “no hay justo, ni uno sólo”, porque el que nos justifica es e Señor Jesucristo y somos justificados delante de Dios por ese sacrificio. Entonces algo más acercado a esa verdad bíblica, sería pedir misericordia y no justicia porque no tenemos ese nivel de justicia. La biblia también nos dice que la sangre de Abel clama por justicia y por venganza, pero la Sangre de Cristo clama por misericordia. También tenemos que aprender a dar en una medida justa y no más allá de nuestras posibilidades porque no somos más misericordiosos que Dios. Dios conoce la necesidad de cada uno de nosotros y la va suplir. Cuando tengamos necesidad Él va abrir las puertas y va derramar bendición.

1 Juan 1:9 (RV60)

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Él es justo hermano dice la Biblia que él es justo y fiel para perdonarnos y para bendecirnos. La justicia marca el equilibrio perfecto; demos lo que es justo no demos menos porque seríamos injustos ni demos más porque no somos más misericordiosos que Dios, ni más justos que Dios.  

Hay que entrar por la puerta de la justicia porque al entrar hallaremos la justicia de Dios. La justicia es una bendición que se desencadena cuando uno entra ahí porque uno entra como justo, pero como justo delante de los ojos de Dios; él nos ve justos.

 La biblia nos habla de algunos justos que se mencionan en ella, uno de ellos fue “el justo Lot”, “el justo Noé”.  Por su justicia Dios los salvó de la catástrofe. A uno lo salvó antes de la catástrofe y a otro en medio de la catástrofe. Cuando entramos por la puerta de la justicia Dios nos va a preservar de la destrucción; eso es lo primero que encontramos porque Dios a Noé lo preservó para que no viera la destrucción. Él vivió todo el diluvio pero no le pasó nada porque Noé fue obediente. Una de las características que tenemos que tener para ser justos es ser obedientes. En el tiempo de Noé no llovía, sólo un vapor subía de la tierra hacia arriba, pero que lloviera de arriba para abajo como nosotros lo vemos no sucedía.

sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra. Génesis 2:6 (RV60)

Noé tuvo que tener fe en la palabra del Señor y ser obediente a la voz de Dios porque, si no había llovido y el señor le dice: “va a llover haz un arca” y le dio el diseño; él la hace, la fabrica y Dios lo preserva a él y a toda su familia porque fue justo. Dios lo vio como un hombre justo, temeroso de Dios y apartado del mal. Noé estaba apartado del pecado, se consagraba, se santificado para el Seño. Entonces la justicia que había en él le bastó para que el Señor lo preservará del diluvio. Esto nos habla a nosotros que como justos, al entrar por esa puerta, lo primero que vamos a encontrar, es que Dios nos va a preservar de todo lo que se aproxima. De lo terrible que viene para el mundo. Como iglesia debemos creer en la palabra y confiar hasta el último momento, porque el Señor prometió que nos iba a guardar y nos iba a cubrir; no importa hermano si se desata un diluvio, una guerra nuclear.  Dios nos abre una puerta de justicia para toda nuestra familia así como lo hizo con Noé, hay bendición en esa puerta preciosa y tenemos que entrar por ella como justos.

En la biblia se mencionan dos profecías que hablan de dos justos: Lot y Noé; la biblia declara que así como en los días de Noé, así será la venida del hijo del hombre, es decir, de nuestro Señor Jesucristo. Y declara, que así como en los días de Lot, así será, el momento cuando el hijo de Dios regrese a la tierra. Ambos quedan descritos como una figura para que nosotros podamos ver las características de ambos. Si nosotros ya aceptamos a Cristo fuimos justificados por la fe y entonces el Señor ya nos ve como justos. Noé ya estaba resguardado desde antes del diluvio, eso es figura de la iglesia que se va en el arrebatamiento, pero el justo Lot se salvó en medio del fuego, eso es figura de la iglesia que se va quedar a la tribulación. Es un pueblo que va ser salvo pero que va pasar por el fuego.

A Abraham también lo llamaron justo cuando le pidieron como ofrenda a su hijo Isaac. Él espero la promesa por 25 años, y a pesar de eso Dios se lo pidió. Imaginemos estar esperando una promesa por años y que después el Señor nos la pida. Abraham tenía 100 años cuando engendró a Isaac y a Sara se le había ido “la costumbre de las mujeres”, y vivieron un gran milagro con ese hijo. A pesar de todo eso Abraham tomó a su hijo y ya lo tenía atado para ofrendárselo al Señor, cuando un Ángel le solicitó que se detuviera, que no le hiciera daño a su hijo, que Dios ya había visto que él, era justo. Aquí la justicia se ve cuando atamos a nuestros hijos al altar de Cristo, los tenemos que entregar en el altar del Señor. También significa cuidarlo, no sólo decirlo de diente a labios, sino verificar con quien chatea, con quien habla, qué está oyendo, sobre todo si es ministro de alabanza, porque se puede estar contaminando a través de la música. No sólo dejarlos en las manos de Dios sino estar velando por ellos. Llevarlos a la iglesia, si nuestros hijos están amarrados al altar del Señor y se quieren desatar, hay que regresarlos, “jalarles la cuerda”, para que se mantengan ahí e instruirlos en las cosas de Dios en amor y con carácter. Pero tienen que subir al monte, porque eso es lo que hizo Abraham. El Señor nos va pedir lo que más amamos para probar nuestro corazón y ver hasta dónde estamos dispuestos a entregarlo. Ahí se va reflejar si amamos más un trabajo, a nuestro esposo o esposa o alguna otra cosa, más que al Señor. Dios probó el corazón de Abraham para ver cuanto lo amaba. Por eso tenemos que entrar por la puerta de la justicia para no negarle nada al Señor de lo que nos pida.

 Nosotros nos hemos esforzado para obtener todo lo que tenemos, pero debemos entender que la fuerza y el vigor nos lo da el Señor. Él nos ha dado la sabiduría, la gracia. Un justo reconoce que es Dios quien le ha dado todo.

El justo camina en su integridad, bienaventurados serán sus hijos después de él.

Proverbios 20:7 (NRVP1602)

La descendencia de los justos es bendita; el hijo de Dios que camina en integridad, que no traiciona, no miente, sino que es íntegro, bienaventurados serán sus hijos. Cuando somos íntegros estamos sellando un bienestar para nuestros hijos y vendrá una bendición grande para ellos.

La biblia declara en un salmo “Joven fui y he envejecido, pero no he visto a justo desamparado ni su simiente que mendigue pan”, toda esa bendición es para los que andan en integridad delante del Señor. El que es justo jamás va quedarse sin la provisión para sus hijos, esa bendición alcanza a los nuestros.

 El Señor va suplir las necesidades de nuestros hijos, de nuestra familia y al justo se le va abrir esa puerta de justicia a través de vivir con integridad. Si entramos por esa puerta, vamos a tener la bendición de Dios. Puede ser que en ocasiones haya carencias espirituales, materiales pero debemos aferrarnos a la Palabra del Señor, porque ahí dice que el Señor no nos va dejar avergonzados.

“Torre Fuerte es el nombre de Jehová a él a él a él a él correrá el justo y levantado será”. No nos vamos a quedar postrados en nuestra necesidad sino que vamos a ser suplidos, pero es necesario practicar la justicia. Bienaventurados serán nuestros hijos. Debemos comprender también que hablamos de “justos” y no “perfectos”, que como justos nos vamos a equivocar, pero dice la palabra que “siete veces cae le justo y el Señor lo levantará”. Entonces aunque el pecado nos alcance; porque hay diferentes tipos de pecado, pero el pecado que “nos alcanza” es aquel más común, pues se trata de un pecado donde la persona no estaba pensando en pecar, sino que el pecado lo alcanzó; pero como Dios conoce el corazón y dice: “no, este es justo si él no lo pensó verdad Él solo cayó”, entonces el Señor lo levanta.  Por eso dice la Biblia siete veces cae el justo y Dios lo levanta.

 “El que va tras la justicia y la misericordia, Halla vida, prosperidad y honra.” Proverbios 21:21 (BTX3)

Cuando entramos por la puerta de la justicia encontramos vida, pero no una vida material, sino que se refiere a una vida que va más allá de lo que nosotros podemos ver con los ojos literales podemos ver.  Porque en hebreos 10:38, la biblia habla de cómo el “justo por la fe vivirá”. En la puerta de la justicia vamos a encontrar fe y nuestra fe va ser desarrollada y entonces vamos a empezar a vivir por fe. Vamos a hallar la vida que no conocemos en esta tierra, pero que la asimilamos a través de nuestro espíritu. La iglesia tiene que tener revelación , debemos pedirle revelación al Señor ; que abra nuestra visión espiritual y que podamos ver con los ojos espirituales , no solo caminar con los ojos naturales; esos ojos del espíritu, con ellos vamos a poder entrar por la puerta de la justicia.

 La biblia es bien clara cuando en Juan 10:10 dice que, “el ladrón vino a matar, robar y destruir, pero yo he venido”, dijo el Señor, “para que tengan vida, y vida en abundancia”. Eso vamos a encontrar cuando entremos por la puerta de justicia. La vida en abundancia no se circunscribe a cosas materiales, sino que es una vida más extraordinaria, una vida que rompe las leyes naturales. Y todo esto es por la fe. Por eso a la mujer de Ezequiel 9, el Señor le dice muchas veces “vive”, porque Dios quiere una iglesia que viva esa vida sobrenatural que se ve con los ojos espirituales. El Señor Jesucristo, era hijo de un carpintero, aprendió ese trabajo, sin embargo, cuando fue llamado a su ministerio de la palabra, no tenía un empleo; pero al Señor nunca le hizo falta nada. Cuando tuvo que hacer el pago de los impuestos envió a Pedro a sacar una moneda de un pez y con eso pagó el impuesto de todos. Multiplicó los panes y lo peces para darlo de comer y para comer él. Dios quiere que vivamos y no solo que existamos, esto quiere decir que hay una vida en abundancia para que la disfrutemos.

“La justicia enaltece a una nación, pero el pecado deshonra a todos los pueblos.” Proverbios 14:34 NVI

Esta es la razón por la que las naciones carecen. Cuando en la nación hay gobernantes justos, las naciones prosperan, pero cuando no hay gobernantes justos las naciones carecen, cuando los gobernadores son impíos. Los pueblos son deshonrados a causa del pecado. Dios nos ha llamado a clamar por todos los gobernantes de las naciones.

“Cuando los justos se alegran, grande es la gloria; Mas cuando se levantan los impíos, tienen que esconderse los hombres.” Proverbios 28:12 (RV60)

La gente se esconde cuando se levantan los impíos. La biblia nos explica que los justos deben alegrarse y los justos deben pelear esa batalla, porque si los justos se multiplican, el pecado va ir pereciendo.

 “Cuando los impíos son levantados se esconde el hombre; Mas cuando perecen, los justos se multiplican.” Proverbios 28:28 (RV60)

“Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; Mas cuando domina el impío, el pueblo gime.” Proverbios 29:2 (RV60)

Los justos tenemos que pelear la buena batalla, pelear por nuestros hijos, por nuestro cónyuge y de esa manera nos vamos a multiplicar.  Debemos clamar por los demás para que como justos, seamos multiplicados.

“El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano.” Sal 92:12 (RV60)

“Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán.” Sal 92:13 (RV60)

“Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes,” Sal 92:14 (RV60)

“Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, Y que en él no hay injusticia.” Sal 92:15 (RV60)

Tenemos que clamar que no conocemos a un Dios que es injusto, sino que conocemos a un Dios que es justo. Nosotros como justos debemos proclamar a un Dios justo. Y de esa manera vamos a florecer como la palmera, y aunque vengan las tormentas, vamos a soportar las tempestades. La palmera depende de la roca que está en la profundidad. Dependemos de la roca que es Jesucristo; las raíces de las palmeras son del mismo tamaño que ella por fuera, y esas raíces están adheridas a la roca. Debemos estar adheridos a la roca que es Cristo, eso cimentará nuestra vida y nada nos podrá hacer caer.

El justo jamás le atribuye despropósitos a su Señor; siempre entiende que Dios es recto y que actúa con justicia. El justo florece, se desarrolla, obtiene la fe que necesita para vivir. La provisión que está en la puerta de la justicia es más grande que la que podemos ver con los ojos naturales.

Pastor: Juan Carlos Pedroza

Iglesia de Cristo Restauración, Ministerios Ebenezer